31/1/17

El sol cubre las copas de los arboles por capas. El momento en el que es posible verlos divididos en dos, perteneciendo cada mitad a cada universo de luz, ayuda a entender. Todo va cubriéndose por capas. Como el photoshop, como besar y saber que los labios del otro no estan aca, la mente del otro no está aca, la piel del otro no está acá. Para qué moverse en una dirección si el corazón no está latiendo hacia donde se da el primer paso. Aprendí. Sin embargo las defensas son salvajes, y la rabia hiere más que un golpe que acierta en punteria. Ya no quedan palabras suficientes. Mi cuerpo es todo proceso en mutación. Un carozo que contiene una semilla diminuta. Un proyecto, un intento. Ella lo ama sin siquiera saberlo, él besa sin besar, como mira sin mirar, como permanece apartado de todo para que nada lo afecte en profundidad. Los ojos me duelen a diario, paro. Detengo el reloj y escribo en la pqlma una palabra. Cualquiera. Me pienso y me siento mi madre. Esa que señala frente al espejo con el antifaz del carnaval aun puesto. Esto no es para nadie. Es para mi, como cada puesta en escena de este sitio fantasma. Fin.

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