3/2/17

Todo se va cubriendo de pena. Lloré como hace meses no lloro. Lloré sintiendo dolor. Lloré sibtiendo el vacío. Me sentí sola frente a la muralla que caerá sólo de darle golpes con el cráneo. Este bebé crece, este bebé come de mi, vive en mi, espera de mi lo qie yo construyo como espera. Los hijos son la causa y el fin. Los otros siguen siendo extranjeros, enemigos. No tengo modo de afirmar, de sostener aún que el amor sostiene. Nada sostiene. No existe el perdón en quienes no aprendieron a pronunciar el nombre propio frente al espejo. Yo miré en el fondo de mis ojos y me asfixié hasta sobrevivirme. Yo miré en el fondo de mi océano y salí a flote. Yo se del terror como muchos. Pero aprender a soltar el rencor, a darse el perdon, a abrirse a lo presente, a lo inmediato, a lo posible desde un aca sensible y dispuesto, forma parte del entrenamiento cotidiano. Hoy lloré y voy a volver a llorar, porque el dolor volvió, el terror volvió, la rabia por la indiferencia y el ahogo. Tener un rincón es tener una cueva con puerta y cerrojo.

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