26/9/16

Un sueño

Un perro enfermo de hidropesía. Tenía que encargarme de él. Estaba cubierto con una toalla porque su cuerpo, enrojecido y en carne viva, ya no podía ser mirado. Temía el contagio, alguien me habia dicho que sucedía por contacto. Me dolía su dolor, no sabía cómo calmarlo. Alguien, no se si Él, me había encargado la tarea. A la distancia podía verlo venir con dos personas mas. Divirtiéndose por algun logro. Lo miraba con la carga de una ofensa irremediable, imperdonable. Volvía a esa especie de galpon y agarraba con muchisimo esfuerzo la caja en donde el perro padecía, inmovil. Lloraba, rígida, mientras lo llevaba, con miedo a que caiga, hasta la plaza ubicada a una cuadra. Estaba llena de gente, y yo solo queria un lugar tranquilo para poder enterrarlo y darle paz. No lo encontraba. Hasta que en un sector con escaleras me acerco a alguien pidiendo una pala. Un hombre de mi edad, corpulento, entiende la situacion. Agarra la pala y dice que va a ayudarme. Apoyo al perro en su caja, en el suelo. Estoy agotada y dolida. Hay agua en él, está embebido, y al destaparlo es un perro normal, se ve como tal. El hombre informa a otros dos que está agonizando. Otro agarra la pala para matarlo de un golpe. No puedo ver. Me doy vuelta, lloro. Me escapo.

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