24/9/16

Nota

Sea inmensa la palabara que deconstruya. No hay pregunta que no me haga. No hay temblor que no sienta. Un paciente habló de su hija adoptada, de una madre fallecida por sida con la beba de seis meses ahí, esperando algo. Un paciente me habló del cancer, y una mujer imitó el sonido del llamador insistiendo que la salud no es eso. La salud. ¿Cuál es la zona de confort que me sujeta al espacio? Dónde de ponga el cuerpo en juego para que la ansiedad por una respuesta por venir sea indeterminada, infinita. Escribo sin pensar y sólo pienso en lo que late. En un nuevo espacio, en la luz entrando. En un sendero otro, en llegar al claro del bosque y reencontrarme con la beba, con el despojo, con la piel desnuda, con la vez que amé el futuro porque creí que lo valdría.

No hay comentarios: