26/9/16

Nota b.

Vehiculo, canal, medio y un fin en sí. La representación se muestra aparecida, fantástica. Retrato y recorte, multiplico hasta la saciedad la inefabilidad perturbada del cuerpo. Aun asi, no es el cuerpo lo que enmudece en su reproducción. Hay la captura de algo íntimo que sólo la mirada, cuando es captada en el momento exacto, dice. Una humedad, un brillo, o la opacidad total se sustraen de todo para revelarse al ojo no siempre experto de quien tecnifica la metafísica de lo humano. Lo que no puede ser tocado puede, en cambio, ser reproducido y manoseado de maneras varias, extremas, en la medida que la técnica llega en el momento en que es necesaria. Así, el dolor es único pero se muestra vasto en el cuerpo. Sin embargo, su destello es, como su esencia, uno solo. Dónde puede atestiguarse lo único sino en la reproductibilidad del instante hasta el hartazgo mismo. El dolor, así, deviene en accesorio. La humedad y la opacidad, el amor, único, pierden su particularidad esencial. Ahora es posible, para cualquiera, acceder a la bastardeada versión de lo único. Que como tal, siempre abrirá lo humano a la experiencia absoluta de su reconocimiento.

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