3/9/15

Notas de lo posible I

La poesía es un acto de redención,  y cura. Redime porque obra con la forma de la confesión cristiana. La palabra se vuelca sobre el espacio tridimensional que nos atraviesa, volviéndose objeto visible, maleable, ajeno. La poesía objetivada redime porque es volcada al afuera del yo y devenida en obra perteneciente a otros, a todos. Así, al universalizarse su posesión, no queda peso en el cuerpo creador que signifique presencia de verbo errante. El poema ya ha cobrado dimensión y dirección,  y al abrirse sobre si, ya no le pertenece a nadie.

El poema a su vez cura, porque todo lo realiza, y en su realización,  consuma el ciclo con su propia clausura y apertura, clama por la resolución y vuelca sobre el poeta herido un maternal abrazo que devuelve todo dolor al hogar primero. Y así como universalizar en pos de la redención,  también lo hace en busca de la cura. Porque el dolor del poema es por igual, dolor de quien lo lea. Porque no hay del verbo propiedad única,  y porque lo que duele, duele por igual.

y lo que digo no es cierto.  Pero, a veces, si lo es. Y ayuda.

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