14/11/09

obligarme a la desidia
de esa obligación de techos y medidas
donde la aguja es el espacio
de un estómago o la repulsión
del petitorio pero
obligarme a la desidia
y no poder renunciar
al cairel de los ojos que callan
cuando en la virtualidad del respiro
    todo calla.

Esperar a que la excusa valga para todo
mientras se arrastran las suelas de los libros
y se pide:
carta documento fechada el 16 del seis,
que se termine, por favor, que se termine.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tomo tu aguja y hiero
los ojos que callan
y de su sangre mana
la cortina de ceguera
que te muestra
oculto, taimado,
triste tras las bambalinas.

Abrazos,

Debret Viana dijo...

sí, por favor.
que se termine.

quiero mi libro de vuelta.