25/2/16

Lo que crea

Todo deja de importar lo que importaba. La creencia mundana caduca con el sol que nace, y no hay noche que no aterre. Soy la voz de la discordia, de la ansiedad describiendo cada trueno. El alma zen de mantenerse. La estaticidad y el pestañeo que apaga y enciende el mundo. Quiero el abrazo que me ayude a reconciliar, los brazos que me den un abrazo para recordar quien soy, quien puedo ser. Los labios latieron al tiempo que mi centro. Creí en la magia y creí en Dios. Pero nada hay escrito más que el latido de los arboles al mecerse con el viento. Todo idioma es del lenguaje de los pájaros, cuando hablamos sin palabras y fuimos parte de la unidad. El suelo nos arruyó, y la siesta fue tan larga como el infinito. El tiempo no acontece, es en su quietud que forjamos los fantasmas de la vejez. Nada muere, la muerte no existe mas que en la voz. Somos, como las aves y los elefantes, del suelo sagrado de la eternidad. No hay mayor paz posible que la de amar.

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