12/8/14



Aún con los ojos inflamados por la noche, por los días que pasaron, aún con la inconsistencia del verbo ajeno que, ajeno, no supo decir nada. Aún, por sobre todas las cosas, con el peso de la despedida, caen a mi las virtuales palabras de lo que, inevitablemente, habría de caer por maduro. Entonces ya no quedan vinculaciones, aunque tampoco incomodidades. Siempre escucho Radiohead y me traslado a un lugar secreto. Siempre escucho los secretos que se esconden en las esquinas de los cuartos, y me acomodo, diminuta, a su amor desinteresado. Todo entristece cuando se nubla el domingo y la mentira, como es relativa, se vuelve verdad, porque es relativa. Entonces no importa lo que se diga, importa lo que se crea. Yo creo que el tiempo es una forma de perpetuar la caída. Yo creo que en realidad no existo, peso. Yo se que mi cuerpo es un peso. Pero cuando decaiga, porque todo decae, habré de remontar vuelo.

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