envuelta en un silencio de inframundo me busca
preguntando dónde estar, dónde estar
ella reclama
Floto cálida marea que no sacia
sed de lo que fui cuando pisamos
la tierra, dejé
de sostenerme, ahora
la cuerda
sólo me ata al nombre de mujer
hembra
diplomática
quedé en el medio del
desierto, ausente me gritaba
“ausente”
volví una noche y encontré el
silencio de inframundo envolviendo
el cuerpo que tuve que maté
con pastillas y alcohol, con humedad
gusanos por todas partes, manchas
era yo, pero otra, atada la cuerda
era yo, y era ella.
Un silencio de inframundo nos colocaba,
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