15/7/14

Busco hallarme en este silencio, en esta noche. Pienso en la piel humeda y brillante ante la cual pudiera redimirme. Pienso en el cancer que me piensa porque no se escribir en sanidad; tampoco en alegria. Pienso en la piel, humeda y brillante, si, y ajena, sobretodo, repiqueteando fuera de mi y dentro de mi, queriendo poseerme. No es posible pertenecer, si ni mi nombre me es dueño, si temo al recordar la historia, al comprender que, ciertamente, siempre estuve ahi para que el deseo del mundo suceda, para que el terror del mundo se aplaque. Olvidé pensar en lo propio, en el deseo y el terror, y sobre todo en el terror al deseo. Yo no supe vivir, yo no lo comprendo. Pienso en el mar porque su oleaje calma. Pienso en el bosque porque la luz, filtrandose por entre una tumultuosa arboleda, invitandome a habitar el pasto como cuna, a hechar mis ardientes raices alli, me calma. Pienso. No puedo dejar de pensar. No puedo descansar. Escribo vomitiva como suelo porque estoy enferma y solo se vomitar. Arder en enfermedad y verbo, arder enferma de verbo es (...) no lo se. Comienza a latir el pulso el pecho ingreso al nervio opaco y agitado quiero llorar. Pienso en llorar porque me calma. Etcetera.

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