6/6/12

uno. (de El Domingo Llueve)



me excede: la sustitución de la carne
o el raciocinio del cuerpo
o la indefectible lucha del aura
con el verbo y un sujeto,
al fin un sujeto que se calla.
Pero la herida es que el silencio no esclavice
la herida es que mi nombre sin un cuerpo
no sea la carne del nombre, ni el ardor de una forma.
Pero también cuando acabe el éxodo
de cada uno de mis nombres y embarace
al cuerpo de la que fui para olvidarme,
allí y sólo allí,
    me ahogaré hasta el sosiego.



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