16/7/16

Brote

Hay que cuidar el brote
para evitar que lo posible
se deshaga en su afán de intento;
somos jardineros de un sinfín de
intentos, grietas por las que asomarán los tallos.
¿Qué jura de amor será creída
entre tanto escudo abrillantado por la insistencia?
Amar es un conjuro más, deviene elemental
cuando el tallo al fin asoma
y tanto ruego cobra al fin un sentido último:
ser transición.
Hay que cuidar el brote porque sostiene la fe
que no es más que el intento
por permanecer al resguardo de cualquier idea.
Hay que cuidar el brote porque nos recuerda
en nuestra apacible dulzura
que somos, únicamente
intento.

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