11/1/18

Descubro al cuerpo como aquello denso, materia irreconocible, limitada, oscura. Me quisiera sin cuerpo, sin ser aquello material que no identifico con todo esto que elijo llamar "yo". No entiendo la vinculación entre esa identidad honda, inmaterial, móvil, y la carne pudriente, máxima expresión de lo que no será. Cómo puede el contenedor de mis secretos y afectos ser algo que no reconozco, no comprendo. Cómo darse la liberación del cuerpo y aún así seguir siendo "algo"?

1 comentario:

Iosune De Goñi dijo...

Creo que el problema del cuerpo y el problema del yo son, al fin y al cabo, el mismo. Ambos limitan y ambos establecen una identidad que no existe.

Un beso, Belén. Una reflexión muy necesaria, y muy bella.